El óxido nitroso (N2O) es un gas con propiedades anestésicas, analgésicas y disociativas, incoloro, casi inodoro y con un ligero sabor dulce. Es una sustancia de alta disponibilidad y bajo precio. Existe una percepción social de seguridad en su consumo.
El óxido nitroso, conocido como “el gas de la risa”, se ha convertido en una droga de moda en Europa, barata y popular entre los jóvenes; pero su consumo puede conllevar graves secuelas.
Cómo se presenta?
Se presenta en formato líquido o en gas comprimido. Se le conoce coloquialmente como “gas de la risa” o “gas hilarante”. Otros términos que se utilizan debido a su forma de presentación son wippets (cartuchos metálicos cilíndricos) y globos.
Por lo general, se inhala una mezcla de 65% de oxígeno y 35% de óxido nitroso. Sus efectos aparecen rápidamente y también desparecen en un corto espacio de tiempo.
Qué efectos produce su consumo?
Su consumo se sigue de la aparición de euforia, sensación de bienestar y risa, que junto a la rapidez con que se revierten hizo que fuera utilizado en espectáculos itinerantes y se le conociera como “gas de la risa”.
Al ser un gas muy soluble y de absorción rápida se difunde por el sistema nervioso central de manera inmediata tras su inhalación, produciendo los efectos en menos de un minuto y con una duración máxima de 15 a 45 minutos, dependiendo de la dosis inhalada.
Cuáles son los riesgos de su consumo?
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) estima que su uso no médico representa un riesgo para la salud. El óxido nitroso lleva asociados riesgos, como el riesgo de asfixia, debido a su naturaleza de gas licuado comprimido. Al funcionar como anestésico disociativo, también puede provocar alucinaciones, vocalización incontrolada, alteraciones de la percepción, desorientación espacial y temporal o reducir la sensibilidad al dolor.
Puede llevar a graves problemas de salud, especialmente por el hecho de conllevar falta de oxígeno al cerebro, lo que puede implicar desde desmayos hasta paradas respiratorias. El consumo continuado puede dañar la médula espinal y llegar a provocar la muerte.
Si se utiliza esta sustancia durante varios días seguidos o de manera intensa en una sesión se produce una disminución de los niveles de la vitamina B12 en el organismo; un déficit en vitamina B12 tendría como consecuencia la aparición de problemas neurológicos y cognitivos.
Existen algunos problemas, vinculados a la forma de consumo y a la frecuencia e intensidad con la que se realiza:
- Quemaduras en la boca y la parte superior del tracto respiratorio debido a la inhalación del gas directamente de los cartuchos, ya que sale de los mismos a una temperatura muy baja.
- Hipoxia (asfixia) producida al retener demasiado tiempo el gas en los pulmones (ya que desplaza el oxígeno y disminuye su entrada al cerebro) y/o consumir en lugares cerrados. Por la forma de consumirlo, al salir, estará a muchos grados bajo cero debido a la diferencia de presión entre la bombona y el exterior.
- Caídas y lesiones producidas por la pérdida de equilibrio experimentada bajo sus efectos. Al ser un gas anestésico puede suponer un riesgo al aumentar la probabilidad de sufrir caídas o accidentes.
- Accidentes de tráfico relacionados con el consumo de óxido nitroso.
Durante el consumo pueden darse náuseas y vómitos. Además, puede aumentar la mu- cosidad e inflamar las vías respiratorias, generando una mayor susceptibilidad a infecciones.
En caso de una dosis excesiva los riesgos son enormes. El efecto del gas puede llevar a una pérdida de presión arterial que puede desencadenar infarto de miocardio o hipoxia por falta de oxígeno.