Unos pocos minutos después de haber fumado el ritmo cardíaco se acelera, los vasos sanguíneos se dilatan, los ojos se enrojecen, la presión arterial se incrementa… Su consumo conlleva cambios en el organismo tanto a nivel físico como mental.
Qué es el cannabis?
La marihuana o cannabis es una mezcla verde o gris de flores y hojas secas resquebrajadas de la planta del cáñamo. Existen más de doscientos términos para designarla. Entre ellos podemos encontrar maría, hierba, mota, etc.
Se trata de una especie de las moráceas y tiene la apariencia de una ortiga delgada. Las propiedades del cannabis han hecho que sea una planta con muchos usos y de gran tradición. Se utiliza con finalidades recreativas (drogas), medicinales e industriales (como materia prima).
Tetrahidrocannabinol: el principal compuesto psicoactivo del cannabis
El THC es el principal compuesto psicoactivo del cannabis y uno de los más de 80 cannabinoides distintos que contiene esta planta.
Cuando se consume cannabis, fumada, vapeada o ingerida, los cannabinoides interactúan con diversos receptores del cerebro y el cuerpo (que forman parte del sistema endocannabinoide). De esta manera, el consumo genera distintos síntomas o signos en los consumidores.
Las membranas de algunas células nerviosas contienen receptores de proteína que retienen el THC. Al interactuar con estos receptores, el THC produce una gran variedad de efectos sobre el cuerpo, como sentimientos de euforia, relajación, alegría, y mucho más.
Principales efectos del cannabis
Los efectos del cannabis en el cerebro implican un cambio general en la percepción, euforia y un mejor estado de ánimo.
Asimismo, su consumo hace que aumente el apetito y produce la sensación de estar «colocado».
A corto plazo
Pérdida de memoria a corto plazo, sequedad de boca, enrojecimiento de los ojos, reducción de la capacidad motora y sentimientos de ansiedad.
A largo plazo
La marihuana puede disminuir la capacidad mental y provocar adicción.
Efectos según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Los efectos subjetivos comienzan al minuto después de iniciar la inhalación. Sus efectos máximos se alcanzan a los treinta minutos de haber fumado. La duración de estos efectos puede calcularse en cuatro horas para la inhalación y en ocho en el caso de ingestión oral. El efecto que el consumidor señala con más frecuencia es la alteración del sentido del tiempo: parece más largo de lo que es en realidad.
Uno de los efectos del cannabis, al que no suele darse demasiada importancia, es el síndrome de amotivación.
También citan el aumento de sensibilidad auditiva y una apreciación más viva de la música. Algunas personas han señalado una impresión subjetiva de aumento de los sentidos del tacto, el gusto y el olfato. En general, los efectos de la marihuana en el cerebro dependen de la forma de ingestión y de la cantidad de principio activo. El tetrahidrocannabinol no se disuelve en agua, por lo que sólo la ingestión y la inhalación pueden ser las vías para procurarse la droga.
Reacciones agudas tras el consumo de cannabis
Cuando se produce una intoxicación aguda se pueden producir ideas paranoides, ilusiones, alucinaciones, despersonalización, ideas delirantes, confusión, agitación y excitación. Puede haber también delirio y obnubilación con agitación y excitación violenta. Estos efectos pasan en unas horas.
Los efectos del cannabis en el cerebro cuando se produce una intoxicación aguda pueden ser alucinaciones, ideas paranoides y delirantes.
La personalidad del consumidor también influye. Se observa otro tipo de reacción psicotóxica aguda en personas que parecen estar abrumadas por fuerte ansiedad, temores y pánico. Estas personas suelen estar agitadas y deprimidas, y en ocasiones, retraídas.
La realidad es que no nos debemos tomar a broma el consumo de drogas, aunque hablemos de una droga con la tradición del cannabis.
Dicho consumo ha elevado la patología mental en los jóvenes, un dato especialmente preocupante si tenemos en cuenta que aumenta la probabilidad de que el consumidor tenga un brote psicótico.
Además, el aumento de entidades como la crisis de angustia y de pánico, se relaciona con su consumo habitual.